A Ángel Cazorla
Quien se viste de luz y lanza al viento
consumadas palabras doloridas
como aliento vital de tantas vidas
que son al fin un mismo advenimiento.
Quien pone en un soneto el sentimiento
germinado en dolor y amanecidas
donde el tiempo reitera sacudidas,
nos cuaja la piel, rompe el aliento.
Quien lanza el verbo así, tan bien granado
cual ave luminosa en alta rama
lanza su puro canto ilusionado.
Quien canta para el hombre, al hombre clama,
deja desnudo el verso a su cuidado,
Será por siempre el Hombre. Ángel se llama.
Cornellá, 19/06/2015
Escrito con ocasión de conocer al ya buen amigo, gran poeta y mejor hombre, Ángel Cazorla.
Publicado meses después en De decires y alondras.
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