viernes, 1 de julio de 2016

COMO BROTA EL AGUA

A Vanesa Muela
que mantiene viva la tradición



Un mirasol de asombro grana la tarde.
Con sus dedos el viento, caliente sátiro,
desciñe visos de sangre entre los trigos.
Aventan garias y horcas parvas de sueños.
La luna de anís lame vidrios grabados
cuando abren los balcones sus manos blancas.
Polvo de olvido ciernen viejos cedazos.
En el zaguán en sombra penden guadañas,
verdes de sangre verde brillan sus filos.
Azadones y trébedes entre esqueletos
erizados de trillos, rejas de arados
y esperanzados cántaros de vino añejo,
cuentan de sus trabajos, cantan silencios.
En los vasares almireces dorados
en repiques de sol majan el tiempo,
apagados candiles guardan su historia.
Fábulas junto al fuego, llamas y cantos
reavivan la memoria de chimeneas.
En las blancas paredes de las mañanas
refulge el cobre como los ojos claros
de gitanos oscuros bajo los puentes.
Estertores de caldo, sangran las ollas,
rememoran matanzas ahumadas vigas,
fantasmales recuerdos penden ahorcados
escondidos en bosques de telarañas.
Ponen dudas y penas heridas hoces
desastadas de tiempo y de carcoma.
Azuelas entresacan viejos romances
y escardan la hierba mala de los recuerdos.
La piel del tamboril tensa la noche,
las estrellas repican sus castañuelas,
geométricos panderos gimen sin manos,
la metálica risa de panderetas
viene brincando al alba sobre los sueños.
En las eras crepita el sol partido,
calla el grillo en la noche, suena una nana
y los pinos repiten un estribillo
por despertar al tiempo, al agua clara
de las fuentes que buscan labios de río.
No se apagan las voces que fueron yesca,
ataúdes de nueces brincan los dedos.
Vencedores del tiempo y sus embates
en las manos aladas que abren su alma
suenan como campanas los instrumentos.
Como brota el agua una voz canta,
en sus sones de pan mana la vida
amasada en fogones de plata eterna,
en su luz cristalina canta Castilla
al aire de la siega y las cosechas,
de perdidos oficios y mal de amores.
Como brota el agua, siempre tan nueva.

Poema galardonado con el Primer Premio en el
XXXIX CERTAMEN PROVINCIAL DE JUSTAS POÉTICAS
organizado por la Unión Artístíca Vallisoletana.
Valladolid, junio, 2016


sábado, 4 de junio de 2016

LA MANO SANA


En otoño saldrá la edición del X Premio Orola de Vivencias con 100 textos seleccionados. Os avanzo mi contribución que, en este año cervantino, quedó entre los 20 finalistas. Espero que lo disfrutéis:





LA MANO SANA

El morisco Cide Hamete Benengeli al poner por escrito en su idioma las andanzas de un tal Don Quijote de la Mancha, lejos estaba de imaginar que, en otra lengua distinta a la suya, alcanzaría fama universal. Ni al propio Alonso Quijano, émulo de Amadises y Roldanes, en una España dual, bucólica o caballeresca, conceptista o culterana, le alcanzó un atisbo de su propia inmortalidad. Ni Sancho Panza, asombrado de verse en los papeles, sentíase paradigma de popular sapiencia y natural criterio, ni menos sospechaba que habría de traspasar el tiempo y el espacio como lo hizo. Ni Aldonza Lorenzo soñó por un instante que, a mayor gloria de Dulcinea, su nombre sería recordado por los siglos de los siglos. Ni La Mancha misma, proyecto de una España universal y anónima, concebir pudo alcanzar tal proyección y renombre por un no querer acordarse. No percibieron los personajes que viven en las páginas del Ingenioso Hidalgo su arquetípico destino, el poliédrico sino que los multiplica y recrea en cada mente que ora y piensa en un idioma universal y vario. No lo presintieron, no, cuando surgió la inspiración y el talento una vez más en nuestra patria.
A principios del siglo XVII, en una España dominadora y miserable, conquistadora y reconcentrada en sí misma, Miguel de Cervantes, cumplido y pobre, genio y hombre, toma la pluma con la mano sana y comienzan a gestarse las andanzas de Don Quijote. Desde entonces, sobran las palabras.

sábado, 28 de mayo de 2016

EL POETA CONTEMPLA EL OCASO JUNTO A LA MUJER AMADA





Madera dulce de la luz: estría
triste del día que se va. Nos vamos.
BLAS DE OTERO

¡Cómo la espada oxidada del poniente
penetra por la carne que fue tersa
frente a las amapolas, tan perversa
como una brisa joven, combatiente!

¡Cómo el sol que bebías te abandona,
y devienen cenizas estas brasas,
y se calla el dolor con que traspasas
mi corazón que al tiempo no perdona!

¡Cómo peina la noche por tus sienes
el plomizo cabello del olvido
cuando nos pesa tanto lo vivido
y se quedan vacíos los andenes!

¡Cómo, mi amor, te sangran las edades!,
las secas parameras de los ojos
atardecen su luz por los rastrojos
que fueron trigo y fueron mocedades.

¡Cómo me duele el viento de tu boca
-de tus labios de rojas tempestades-
alondra de recuerdos y verdades
cuando en polvo se torna ya la roca!

¡Cómo me duele la sombra de tus cejas,
la tierra de tu vientre, los eriales
del pecho, los altivos barandales
donde el tiempo falaz derriba rejas!

¡Cómo me duele el mar con sus reclamos
traidoramente calmo y expectante
sabedor del momento y del instante
que han de quebrarse al fin todos los ramos!

¡Cómo me duele querer! ¡Cómo me duele
levantarme aún del fondo oscuro
de la vida, cansado y sin futuro
que ponerme! ¡Mi paz, cómo me duele!

¡Cómo la sangre sube a trompicones
ahora que el mundo está perdido y viejo
y la tarde es tan sólo un gris reflejo
en aguas que no quiebran malecones,

ahora que los pasos se hacen cortos,
y pesan los pulmones como un fardo,
y corona la frente un seco cardo,
y los ojos sin ver miran absortos!

Ahora que la tarde ya se adviene
en holocausto y fin del día entero
me abro las venas porque quiero
morir entre las brasas que mantiene,

arder entre tus brazos cuando alcanza
y llena el horizonte nuestras vidas
al borde de la noche resumidas
en un beso de luz y de esperanza.

2º Premio en el XII Concurso Literario "Rafael Casanova", Castelldefells, 27 de mayo de 2016

domingo, 1 de mayo de 2016

EL PINAR EN LA TARDE

Y tienen, ¡miradlos!, trenzadas las manos
los puros pinos de luz, cicatrizadas
las heridas que nos dieran calor y alumbraron
en las noches primeras cuando el niño
se abrazaba a la madre y el hombre
al hermano, al compañero, y era de todos
el exiguo sustento y la tristeza.
Tienen, solidarios, trenzadas las ramas
donde anidan las aves que vivirán del trigo,
de la espiga granada creciendo junto a otra espiga
y otra espiga y otra espiga hasta lograr
el pan de cadas día para todos.

Y tienen, ¡sentidlos!, la humedad del llanto
y el dolor que el viento acerca a sus oídos
desde lejanas playas y palmeras sin sombra
porque la muerte copia su silueta y convierte
en espanto el fuego de sus hojas
y el agua en sed y sangre.
Conservan recuerdos antiguos de incendios
y heridas de bala de una guerra fratricida
que los hombres olvidan con la misma indiferencia
con que ignoran ahora otras guerras que llenan
sus momentos escasos de tranquilo relajo
entre el largo trabajo y el ocio dirigido.

Bajo el lento pinar esta tarde de invierno
-la ciudad está cerca, serena, adormecida,
tendida en el asfalto de un domingo benévolo-
nos sentimos seguros, acaso más humanos
porque hemos visto a un niño
sin vida en una playa y sentimos su muerte,
indignados si quieres, solidarios verbales,
y volvemos a casa sin saber que pisamos
lágrimas cristalizadas que derraman los pinos.

Ellos tienen, ¡nos miran!, el tormento, la pena,
el desprecio y condena, la amargura del mundo
y un punto de esperanza en sus altas pupilas.

Poema galardonado con el Primer Premio en el XXIV CERTAMEN LITERARIO DE PROSA Y POESÍA
SANT JORDI 2016 PARA ADULTOS (POESÍA EN CASTELLANO)La Solidaridad era el tema a tratar.

VIENTO


Viento profundo:
por el mar de tus ojos
las velas rotas.


Haiku galardonado con el segundo premio del I CONCURSO DE HAIKUS
AYUNTAMIENTO DE ARROYO DE LA ENCOMIENDA, 2016