sábado, 4 de junio de 2016

LA MANO SANA


En otoño saldrá la edición del X Premio Orola de Vivencias con 100 textos seleccionados. Os avanzo mi contribución que, en este año cervantino, quedó entre los 20 finalistas. Espero que lo disfrutéis:





LA MANO SANA

El morisco Cide Hamete Benengeli al poner por escrito en su idioma las andanzas de un tal Don Quijote de la Mancha, lejos estaba de imaginar que, en otra lengua distinta a la suya, alcanzaría fama universal. Ni al propio Alonso Quijano, émulo de Amadises y Roldanes, en una España dual, bucólica o caballeresca, conceptista o culterana, le alcanzó un atisbo de su propia inmortalidad. Ni Sancho Panza, asombrado de verse en los papeles, sentíase paradigma de popular sapiencia y natural criterio, ni menos sospechaba que habría de traspasar el tiempo y el espacio como lo hizo. Ni Aldonza Lorenzo soñó por un instante que, a mayor gloria de Dulcinea, su nombre sería recordado por los siglos de los siglos. Ni La Mancha misma, proyecto de una España universal y anónima, concebir pudo alcanzar tal proyección y renombre por un no querer acordarse. No percibieron los personajes que viven en las páginas del Ingenioso Hidalgo su arquetípico destino, el poliédrico sino que los multiplica y recrea en cada mente que ora y piensa en un idioma universal y vario. No lo presintieron, no, cuando surgió la inspiración y el talento una vez más en nuestra patria.
A principios del siglo XVII, en una España dominadora y miserable, conquistadora y reconcentrada en sí misma, Miguel de Cervantes, cumplido y pobre, genio y hombre, toma la pluma con la mano sana y comienzan a gestarse las andanzas de Don Quijote. Desde entonces, sobran las palabras.

1 comentario:

  1. Una mano sana. Una mente lúcida y las brillantes andanzas de un loco necesario y un cuerdo socarrón y certero.
    Felicidades por tu merecido premio.
    Un abrazo, amigo.

    ResponderEliminar