domingo, 28 de octubre de 2018

UN HOMBRE CON UN NOMBRE IGUAL AL TUYO

Tienen nombre las calles que el recuerdo transita. Nombres de sol y abril y el aroma dulzón de barro y golondrinas, nombres de carámbano y nieve en los aleros, de leche en polvo y cuadernos con una escritura rubia donde dormita un mundo de grafito y de tinta, de vasares vacíos y aquel libro de poemas que ahora acaso comprendemos.
Tienen nombre las calles en la tenue penumbra de rescoldo y de gas, de brasero y candil entre el brillo fantasma del latón y la alpaca, de los pasos sin luna y rezos en latín.
Tienen nombre las calles, de insignes personajes, de lugares dormidos en recónditos mapas, de  magnos sucedidos y cosas cotidianas, nombres que van cambiando como el agua en el río y el tiempo en el espejo.
Son nombres convocados en páginas gloriosas de enciclopedia antigua que abre la memoria con olor a tomillo y pinar encendido.
Tienen nombre las calles, los vientos y los muertos. Tienen nombre y silencio, soledad y
 penumbra.      
Tienen nombres ocultos en la piedra del rezo y las tumbas de olvido.
Tiene nombre el recuerdo en la noche callada, en el frío de enero y el mayo enarbolado, en la lluvia que trae rumor de siempreviva -melancolía, un patio de Sevilla, Leonor, Segovia y una tumba en Colliure.-
El camaleón del viento tiene nombres, colores de espesa saliva y un látigo de arena.
De donde nace el viento nacen también los nombres y aunque la boca calle la brisa los
recuerda con aliento de menta y perfume de sal.
Los nombres que decimos ya no serán los mismos cuando otros labios, otra voluntad los fije al viento de la tarde, a la eternidad efímera de una cuartilla en blanco, a la luz mortecina de una farola insomne.

Sólo hay polvo. Lo sabes. Sólo polvo y olvido. Y el río en estiaje.
Las casas arrumbadas, las calles ya sin pasos, antesala de muerte si no la muerte misma.
Recuerdas ahora acaso los libros que perdiste al mudarte de piel, al ir de un lado a otro
reptando tus miserias, aquel quedarte ciego a la luz de una vela leyendo junto al fuego mientras despeja el hielo los cielos estrellados y canta entre los dientes el agua del arroyo.
Recuerdas los amigos, los miedos y los sueños, el pañuelo, la maya, otro polvo en la piel y el viento que pasaba secándote el sudor del juego y de la tarde.
Recuerdas primaveras, el campo salpicado de estrellas amarillas, blancas, rojas, azules, el aroma del verde y el rumor de los pinos.
Recuerdas ahora el río crecido en el otoño, henchido como un vientre preñado de tormentas, la tierra fecundada y orujo en los lagares.
Recuerdas las canciones, los romances de ciego, el canto de los grillos, la noche boca arriba, el olor de la parva, del pan y del tomillo, la sequedad del hielo, la levedad del vuelo del vencejo en la tarde.
Recuerdas la campana repicando en la fiesta, doblando por los muertos, la colada en el río y escuelas separadas, los primeros trabajos, los primeros cigarros en las tardes de mus y  madrugadas de alcohol y besos nunca dados.
Recuerdas porque quieres poner tu vida en limpio y buscas los diarios que nunca terminabas, las cartas que perdiste, los versos que encendieron el fuego del invierno.
Pero sólo encuentras polvo, polvo y yerba en los caminos y en la vía sin trenes.

Tienen nombres las calles que el recuerdo transita.                     
Deshace el sol la niebla y el viento acarrea la memoria del polvo.
Niños que no conoces superponen sus juegos a los juegos de entonces.
Hay otro pueblo ahora creciendo  junto al Duero.
La vida con sus muertos es vida para otros y observa desde el fondo de tus ojos tu rostro un hombre con un nombre igual al tuyo.       



Con este poema he obtenido el IX Certamen de Poesía  Ángel García López. Rota 26 de octubre de 2018





Aquí la reseña de Rota al día

lunes, 22 de octubre de 2018

LOS NOMBRES DEL AGUA






Tiene nombres el agua que atesora y proclama
y ella misma susurra con sinuosos labios
al pasar lentamente bajo los olmos sabios,
guardianes de la lluvia, del viento y de la llama.

Son nombres que nos dicen de la sed y su historia
a la vera del aire como un alto remanso;
primigenios, prístinos, convidan al descanso
sobre la verde hierba de mojada memoria.

Tiene nombres el agua tonantes y sonoros
que rompen en las rocas o caen en cascada
para recordar serenos remansando la nada
lacustres sentimientos y llantos incoloros.

Tiene nombres que mojan mansamente cual lluvia
el corazón tan verde de los pueblos del norte
o arremeten con furia en infernal cohorte
de sílabas mojadas que la vida derrubia.

Tiene nombres inmensos, esdrújulos, pacíficos,
pequeños como arroyos, minúsculos, agudos,
tiene nombres vetustos, señoriales y rudos,
amorosos, fabriles, rurales y científicos.

Nombres de andar por casa, curiosos, deslumbrantes,
para todos los gustos, en todos los idiomas.
Aparecen de pronto en secanos, redomas,
en cartas y recuerdos, cercanos o distantes.

Topónimos varados al lado de un camino
que cruza sobre el cauce urgente o relajado
y dejan en los ojos el instante grabado
de un olvido tenaz, premioso, repentino.

Rincones que conocen los lugareños fieles
ocultos entre el polvo de veredas y años:
meandros y lagunas donde abrevan rebaños
revelan un linaje acuoso de corceles.

Emergen en los mapas como besos someros,
concreciones de tinta del fondo del olvido,
para dejar constancia de algún mundo perdido
donde alguien nominó mares, ríos, veneros.

Invitan a beber, a ver pasar la vida,
a fluir con Heráclito, con Manrique marchar,
el hombre siempre al polvo y el agua siempre al mar.
Y el rio, como el tiempo, de su orilla se olvida.

Tiene nombres el agua que domina la Tierra
diversos y escindidos como el verbo que pone
en los labios la duda por que el hombre cuestione
su existencia, el amor, y la paz, y la guerra.

Tiene nombres el agua, tienen nombre las cosas,
el dolor tiene nombres y las tumbas calladas.
Tienen nombre los vientos, las mujeres amadas.
Y el poema que llueve nombrando nebulosas.



Poema con el que participé en el Primer encuentro de poetas de Catalunya, organizado por el Semillero Azul, con el apoyo del Ayuntamiento de Sant Joan Despí, 20/10/2018