Tiene nombres el agua que atesora y
proclama
y ella misma susurra con sinuosos
labios
al pasar lentamente bajo los olmos
sabios,
guardianes de la lluvia, del viento y
de la llama.
Son nombres que nos dicen de la sed y
su historia
a la vera del aire como un alto remanso;
primigenios, prístinos, convidan al
descanso
sobre la verde hierba de mojada
memoria.
Tiene nombres el agua tonantes y
sonoros
que rompen en las rocas o caen en
cascada
para recordar serenos remansando la
nada
lacustres sentimientos y llantos
incoloros.
Tiene nombres que mojan mansamente
cual lluvia
el corazón tan verde de los pueblos
del norte
o arremeten con furia en infernal
cohorte
de sílabas mojadas que la vida
derrubia.
Tiene nombres inmensos, esdrújulos,
pacíficos,
pequeños como arroyos, minúsculos,
agudos,
tiene nombres vetustos, señoriales y
rudos,
amorosos, fabriles, rurales y
científicos.
Nombres de andar por casa, curiosos,
deslumbrantes,
para todos los gustos, en todos los
idiomas.
Aparecen de pronto en secanos,
redomas,
en cartas y recuerdos, cercanos o
distantes.
Topónimos varados al lado de un camino
que cruza sobre el cauce urgente o
relajado
y dejan en los ojos el instante
grabado
de un olvido tenaz, premioso,
repentino.
Rincones que conocen los lugareños
fieles
ocultos entre el polvo de veredas y
años:
meandros y lagunas donde abrevan rebaños
revelan un linaje acuoso de corceles.
Emergen en los mapas como besos
someros,
concreciones de tinta del fondo del
olvido,
para dejar constancia de algún mundo
perdido
donde alguien nominó mares, ríos,
veneros.
Invitan a beber, a ver pasar la vida,
a fluir con Heráclito, con Manrique
marchar,
el hombre siempre al polvo y el agua
siempre al mar.
Y el rio, como el tiempo, de su orilla
se olvida.
Tiene nombres el agua que domina la
Tierra
diversos y escindidos como el verbo
que pone
en los labios la duda por que el
hombre cuestione
su existencia, el amor, y la paz, y la
guerra.
Tiene nombres el agua, tienen nombre
las cosas,
el dolor tiene nombres y las tumbas
calladas.
Tienen nombre los vientos, las mujeres
amadas.
Y el poema que llueve nombrando nebulosas.
Poema con el que participé en el Primer encuentro de poetas de Catalunya, organizado por el Semillero Azul, con el apoyo del Ayuntamiento de Sant Joan Despí, 20/10/2018
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