Los árboles de la
ciudad nunca estuvieron tan solos,
sus hojas son como
dedos gimiendo en el aire ausente.
Las palomas tienen
hambre. Y duermen un sueño largo
locales de
esparcimiento, colegios y otros lugares.
Y las copas de la noche
se oxidan tras los candados.
Que están los árboles
quietos
y una forzada sonrisa
les pinta la primavera
con un regato de
hormigas.
Visten los hospitales
el blanco de llanto y luto.
La gente desde sus casas
ahuyenta la soledad
porque se lleve con
ella la incertidumbre y el tedio.
Por el aire van y
vienen mentiras que son verdad,
verdades que son
mentira.
Que están los cielos
azules
y las calles van sin
prisas
camino de ningún sitio
con
la primavera encima.
Son todos
los días iguales aunque se crezcan con flores
en
las macetas. Es un argos la casa con mil ventanas.
Los
balcones aplauden, cantan, sueñan. De tanto mirar al cielo
la
vida se vuelve alta. Pesa la soledad y el desaliento
como
un agua monótona tras los cristales.
Que
están los campos lejanos
floreando
sus camisas,
que
acude la primavera
siempre
puntual a su cita.
¡Cómo
respira la tierra, cómo suspiran los montes!
En
la tibieza del aire la vida parece nueva.
Quiebran
el alto silencio golondrinas y vencejos.
Se
asombran al escucharse calandrias y ruiseñores.
Está
aquí la primavera, más sola no, ¡más entera!
Jesús Andrés Pico
Primer premio, XXIX CERTAMEN LITERARIO DE PROSA Y POESÍA SANT JORDI 2020
- ADULTOS. MOLLET DEL VALLÈS
Tema
único: LA SOLEDAD
Maldeciré esta pandemia, por habernos dejado sin olores y sin sonrisas de niños.
ResponderEliminarNos la han robado, sobre todo a aquellos que como yo, más la necesitamos.
Un abrazo, poeta.
Mucho daño nos está haciendo, Juan, amigo. Convivimos con ella, mas,¡ay!, cómo nos duele la vida.
EliminarUn abrazo.
Desde las copas de los árboles, desde monte adentro se mueve una ola que busca la pluma del poeta, la pluma de Jesús que plasma todo aquello que acontece. Y ya sea triste, como lo que hoy nos ocupa, hay color, hay una belleza que no se esconde, expandiéndose por el aire como un arcoíris que quiere alumbrarnos.
ResponderEliminarUn día más aquí, dando color a la vida Jesús.
En realidad en los tiempos de confinamiento he escrito poco, demasiado poco, diría yo. Esta primavera sola es, sin embargo, una muestra de lo que las musas y la observación de la realidad vivida me permitieron verter al papel o la pantalla. Que lo presentara a un certamen y me dieran el primer premio, no deja de ser una anécdota. Para mí, lo importante es tener lectores y lectoras como tú porque me obliga a intentar vestir de belleza y calidad mi escasa producción. Gracias. Un abrazo, María.
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