Yo vengo de una luz que quiebra en los alcores
su espacio y se hace viento azul de lejanía.
A un lado el pinar y el monte con encinas,
al otro el Duero avanza con su escolta de álamos.
El páramo luce sus yesos más vivaces,
los campos cultivados en el otoño se abren
y el campanario alza su voz y su cigüeña.
Yo vengo de una tierra, si pobre, bien vestida,
de sol, de primavera, de flores y de risas,
y, cuando manda el viento, de hojas y más hojas,
donde la arcilla guarda límpida y fresca el agua,
alma o tiempo de un pueblo que bebe, mira y calla.
Mi estirpe es mesetaria, sus pasos mil caminos
abrieron sobre el polvo, el polvo que hoy los cubre,
erigieron en piedra su espíritu de nube,
de cumbre entresoñada allende la llanura,
me dejaron el fuego en las noches de invierno,
un libro de arreboles escrito por el viento
y el suelo castigado donde el esfuerzo arraiga.
Ya todo lo he perdido, las paredes de barro,
la entraña de la encina herida por el rayo,
la tarde precursora de una noche de luna
desnuda por el río, y la clara mañana
despertando a la vida con un agua en la cara.
La tierra, que ahora es otra, pues mis ojos no miran
sus despertares nuevos, el fuego de sus tardes,
germina su esperanza en pueblos y ciudades.
Yo en mi memoria busco el origen del viento
que aventa el tamo y gira veletas y poemas.
El mar que hoy contemplo me abraza con la ausencia
y pongo ante sus ojos mi origen, mi destino,
mi cosecha de lágrimas y un mundo que agoniza,
un mundo abandonado por mirarme en la brisa
donde mueren los ríos, donde el recuerdo muere.
Yo vengo de una tierra que pasa, bebe y calla
como pasa la vida, como pasan las aguas.
El pasado mes de marzo, este poema resultó ganador en el I Certamen Poetas del alma, convocado a través de Facebook. Como la temática era "Mi tierra", adapté el poema ORÍGENES, modificando la segunda parte del mismo. Aporto el final del poema original:
ORÍGENES
[.......]
Ya todo lo he perdido, las paredes de barro,
la entraña de la encina herida por el rayo,
la tarde precursora de una noche de luna
desnuda por el río y la clara mañana
despertando a la vida con un agua en la cara.
Y en mi memoria busco el origen más próximo,
el mar que reconozco me acercará al primero
y hará de mi presente algún día recuerdos.
Por eso cuando tengas mi vida ante tus ojos
tendrás también la historia de un mundo que agoniza,
de un mundo que abandono por mirarme en tu risa,
cobardía de amor que, sin saberlo, absuelves.
Agradables recuerdos me traen estas letras, versos para ensayar, poemas para compartir y al final, culminar en un recital temático que nos dio alegrías. Tuvimos un público entregado y agradecido de escuchar buena poesía. Espero, que no tardando demasiado, podamos ponernos pronto delante de un micrófono, que es la forma más amena y reconfortante de recitar, o de escuchar. Desde aquí, conmino a ese virus antipático a marcharse por donde ha venido, dejando que nuestras vidas continúen.
ResponderEliminarMe ha gustado este recuerdo Jesús.
Agradezco tu interés en que aquel recital, abierto con Orígenes, se llevara a cabo y con tan buena acogida. Las tres estuvisteis fantásticas.
EliminarEsperemos repetir éste y otros en breve.
Un abrazo muy fuerte, María.
Merecido premio, poeta.
ResponderEliminarTodavía estamos a tiempo de que la poesía nos salve.
Un abrazo.
Al menos vamos sembrando versos por estas bitácoras de Dios.
EliminarTiempo al tiempo. Tu semilla y la mía están sobre el surco. Un abrazo, Juan.
Bonito poema
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