Yo comencé en 2018. Durante 2019 escribí y publiqué 52 cartas en lo que llamé Epistolario de Amelia. Y continúo, con relatos, poemas y otros escritos, en este 2020 atípico.
Ignoro, ni siquiera me lo planteo, por qué allí sí y aquí no. Quizás porque este blog nació con la idea de ser un muestrario de poemas para dar una visión de mi trayectoria y no como una bitácora periódica de navegación por mares más o menos literarios. El caso es que por no dejar tanta distancia, tanta holgura entre poemas, tanto espacio vacío donde se marchita el último post, y mientras decido si le doy otro uso más ágil, he pensado ir colgando poemas aparecidos en mis 52 golpes.
Comienzo por el de esta misma semana:
MAR, TODAVÍA...
Heme aquí frente a ti,
mar, todavía…
VICENTE
ALEIXANDRE
En pañuelos de sal desfallece el sudor.
Por los muelles oscuros, condenados,
grasientos,
los músculos revelan bajo la piel curtida
ademanes de rabia, corazones de fuego
entre barcos que crujen, fantasmales, al
alba
y calcinados marinos naufragando sin
viento.
Desde calles insomnes me llego a ti, mar,
todavía…
Late contra los diques tu corazón de acero
y dejan en tu piel las huellas de la
estiba
los pliegues que en mi frente el paso gris
del tiempo.
Por las playas alegres, luminosas,
abiertas,
donde grises gaviotas sobrevuelan veleros
y cuerpos blancos piden al sol
impenitente,
para brillar de noche, ese color moreno
que por los siglos lucen los cuerpos
sudorosos,
hundiendo en las arenas mis pies desnudos
llego
de la dura meseta en que nací, mar,
todavía…,
inmensidad ardiente de luminosos ecos,
espejo azul surcado por sueños y por
cascos
que deshacen espumas cual nubes en el
cielo.
Desde el polvo que avientan estos cansados
párpados
mis ojos te interrogan, vasto dominio
eterno.
Han bebido tus aguas procelosas o en calma
tantos dioses y hombres, tantos mitos y
pueblos,
tanto afán sepultado en inmensas praderas,
tantas ciudades muertas, tantos soles
despiertos…
Heme aquí frente a ti, inmenso, desolado…
A mi sediento espíritu, a mis labios
resecos
llega tu alma salobre que la sed reaviva.
Y abandono mi ser confinado en tu espejo.
Publicado la semana 123
(19 de 52). 09/05/2020
Precios poema sobre ese mar que tanto añoro, a pesar de tenerlo tan cerca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo, Juan. Los que somos de tierra adentro añoramos el mar aunque lo tengamos ante los ojos.
EliminarJESÚS eres un poeta formidable, grande como ese mar del que hablas, inmenso, como la luz que desprenden tus poemas, ingenioso, puro y reflexivo. Te mereces todos esos éxitos que a lo largo de años has conseguido.
ResponderEliminarGracias, Araceli. Después de tantos días apetece ver el mar y a los amigos. Que tenemos pendientes muchas cosas. Abrazos.
EliminarComo el agua, como el viento, así se desliza tu pluma sobre un papel agradecido. Un papel que te quiere y te brinda todo su cariño. Creo que es como la cámara. Hay gente muy foto génica. Ese nombre que dicho del amor del papel, no me lo sé. Si alguien lo sabe que lo diga, si no, no lo inventamos, sería una licencia.
ResponderEliminarUn abrazo, María. Estás en todo.
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