martes, 28 de febrero de 2023

CIUDAD DE LUNA Y DE LLANTO

 

A José Moreno Arenas

 

Que te busquen en mi frente.
Juego de luna y arena.

(FEDERICO)

 

El oro de los arroyos

flota en la tarde tronchada

y Federico García

camina sobre las ramas,

enorme muerto del aire,

rumor oscuro de balas,

verde sueño de la mar

con barcos en las entrañas.

Los gritos que da la noche

ceniza de fuentes calla

y los heridos de espuma

tejen ojos de campanas.             

Llevan los grises olivos

capotes a las espaldas

y versos de sangre abierta

clavan cuchillos al alba.

Las manos tristes del viento

esconden bajo las cañas

las penas de los ahogados

en noches de luengas capas.

 

Vienen del sur más al sur

llantos de sierras nevadas.

El aire caliente muerde

por jardines y por calas.

En el cordobán del llano

resuenan amargas palmas,

silencia rumor de ríos

el polvo de las guitarras.

Caen cirios de penumbra

derramando por las tapias

ojos de ninguna aurora

que la noche no levantan.

Son de sangre, no de oro,

los crepúsculos de gasa.  

Viejos recuerdos de bueyes

lloran los cauces sin agua.

Los arrabales de luna

con surtidores de calma

acechan pasos silentes

sin rejas en las ventanas.

 

Suben del trigo a la nieve

las coplas que el pueblo canta

y van buscando la mar

cansadas hebras de plata.

Cauces cerrados de mirtos

insinúan su plegaria

cuando los ríos se juntan

y hacen pequeños los mapas.

Corriendo van por la vega

y penetran en las casas

donde duermen los romanos

y los gitanos descansan.

Ofrecen al caminante

sombra de cal y posada

con aire de orfebrería

y aleros de filigranas.

Los pontones gimen secos

primera canción del alba.

Los ríos de Andalucía

nunca olvidan lo que cantan.            

 

Federico en carne viva

solo por amor aguarda,

doradas como los trigos,

desencarnadas navajas,

que si no le dan la vida

le servirán de mortaja.

La tarde calla en los pozos

que compartían sus aguas.

Y el amor que entonces era

olivo de pena amarga

regala por las aceras

su dentadura de espadas.

Tras las hileras de chopos

se desmoronan las casas

y se adormecen rencores

por el corral de Bernarda.

Asquerosamente rubia

se resolvió la mañana.

¡Ay, como respira el tiempo

bajo la arena del drama!

 

¡Ay, ciudad de los poetas,

de las líquidas metáforas!

¿Qué ciego cubrió con sangre

 júbilo de tus pestañas?

Agonía de claveles

a los miradores clama,

sin ojos porque no hay nadie

que en el polvo abra ventanas.

Galopa corcel de viento

que en el mar los enterrara

y su cutis de aceituna

porque lo descubra el alba

pone el poeta en la brisa

que batalla con las alas.

¡Mirad como cuaja el tiempo

en las heridas de balas

y recitan sus poemas

bocas nacidas del agua!

¡Cómo retumban los pasos

por la luna, en su Granada!

 Granada, junio 2022


 Poema ganador del 

XXXIV CERTAMEN DE POESÍA BLAS INFANTE 

Apartado B (Lo andaluz en general)

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