jueves, 4 de junio de 2020

ANTONIO MACHADO, andaluz de Castilla


Campos de Castilla fue uno de los tres primeros libros de poemas que compré o me compraron. Los poemas de Antonio Machado calaron en la tierra labrada de donde brotaría mi cosecha lírica. Castilla era un tema recurrente en los círculos vallisoletanos de entonces y la Castilla machadiana, quizás porque el Duero y la carretera acercaban las estampas de Soria hasta los pinos y las eras de mi infancia, me llegaba muy adentro. Años más tarde adquiriría las Poesías completas de la colección Austral. 
Dicen que la de Machado es una de las más claras influencias de la poesía que he escrito y publicado. Verdaderamente mi afinidad con el sevillano ha sido grande, reconozco su magisterio y su ascendiente sobre mí. Los primeros versos que escribí tomaron la forma de sus Provervios y cantares, aunque la Castilla que canté después difiere mucho de la suya, quizás porque Soria y Segovia también son distintas a Valladolid. Pero, ya digo, no voy a negar su ascendencia y mi devoción. 
Por ello es el primer poeta que traigo a esta sección recién inaugurada.    
Cualquier poema de Antonio es sobradamente conocido a poco que uno se interese por la poesía, lo cual  también representa un escollo a la hora de elegir, aunque nunca está de más releer a los clásicos. Finalmente me decido por Inventario galante y el segundo de los sonetos a Guiomar.   



INVENTARIO GALANTE

Tus ojos me recuerdan
las noches de verano
negras noches sin luna,
orilla al mar salado,
y el chispear de estrellas
del cielo negro y bajo.
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.
Y tu morena carne,
los trigos requemados,
y el suspirar de fuego
de los maduros campos.

Tu hermana es clara y débil
como los juncos lánguidos,
como los sauces tristes,
como los linos glaucos.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano...
Y es alba y aura fría
sobre los pobres álamos
que en las orillas tiemblan
del río humilde y manso.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano.

De tu morena gracia,
de tu soñar gitano,
de tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
Me embriagaré una noche
de cielo negro y bajo,
para cantar contigo,
orilla al mar salado,
una canción que deje
cenizas en los labios...
De tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.

Para tu linda hermana
arrancaré los ramos
de florecillas nuevas
a los almendros blancos,
en un tranquilo y triste
alborear de marzo.
Los regaré con agua
de los arroyos claros,
los ataré con verdes
junquillos del remanso...
Para tu linda hermana
yo haré un ramito blanco.

(Soledades)

Paco Ibáñez le puso música. Escúchalo.

Estatua de Antonio Machado en Segovia
(de mi cosecha)


De mar a mar entre los dos la guerra,
más honda que la mar. En mi parterre,
miro a la mar que el horizonte cierra.
Tú, asomada, Guiomar, a un finisterre,

miras hacia otro mar, la mar de España
que Camoens cantara, tenebrosa.
Acaso a ti mi ausencia te acompaña.
A mí me duele tu recuerdo, diosa.

La guerra dio al amor el tajo fuerte.
Y es la total angustia de la muerte,
con la sombra iracunda de tu llama

y la soñada miel de amor tardío,
y la flor imposible de la rama
que ha sentido del hacha el corte frío. 

(Nuevas canciones)

En el otoño de 2019, en Madrid, el buen amigo, periodista y escritor  Félix Maraña me presentó a la nieta de Pilar de Valderrama y al darle la mano sentí la mano de Antonio en el corazón.



3 comentarios:

  1. Yo tuve la suerte de que Juan Alcaide, otro gran poeta y maestro mío de "letras hondas", fuese el primero de hacer que me interesara por Antonio Machado.
    Desde entonces no lo he abandonado.
    Un abrazo.

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    1. A Juan Alcaide, como me sucede con otros poetas, he llegado a través del premio literario que lleva su nombre. Sé que para él Antonio Machado fue siempre un referente. Pero apenas conozco su obra. Tan sólo he leído los poemas recogidos en https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2013/04/juan-alcaide-9651.html Quizás a mí me faltó alguien como él que me orientara en mi juventud. Un abrazo, Juan.

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  2. Si Antonio Machado, desde su paz, tiene un momento para echar un vistazo a estas tierras lejanas ya para él, hoy, en este domingo de Mayo estará contento y orgulloso de leer los versos inspirados y dedicados a esa memoria que crece, fiel y admirada.
    Este confinamiento está dando muchos brotes poéticos, dentro de un trabajo incansable de cada día.
    Aquí estamos, para recrearnos en tus versos. No para participar, a pesar que nos invitas en diversas convocatorias, no, el reino de los cielos, será para unos pocos escogidos.
    Jesús, un gran placer en esta mañana de domingo.

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