EL ÚLTIMO NAVÍO
Y esté al partir
la nave que nunca ha de tornar
ANTONIO MACHADO
Partirá el último navío
y habrá un llanto de olas
y gemir de caracolas
y los pañuelos de espuma dirán su adiós eterno y mío.
Partirá la nave sin rumbo alguno
y los marinos sangrarán corales
y les ofrecerá un lecho de algas con huríes abisales
Neptuno.
Habrá un canto de sirena
embriagador y metálico, dulce y duro,
tendrán las aguas su azul más puro
y el atolón nimbará del marino la altivez morena.
Y sabrán de La Atlántida el secreto
y el mundo del silencio les dirá al oído
los suspiros del mar cuando está dormido
y descubrirán porque aceptaron de las aguas el reto.
Tú partiste herido y solo, casi desnudo,
como tantos otros por el tormentoso acantilado hispano.
Mas la vida sigue y al arcano
mar donde moráis sin miedo acudo.
ANTONIO MACHADO
¡El muro blanco y el ciprés erguido!
Y Leonor dormida junto al Duero,
y tú, en otro suelo cobijado,
y yo, en otro tiempo y otra tierra.
Andaluz de Castilla pura y fría,
filósofo del pueblo, caminante,
poeta de mi lengua desatada,
voy a soñar contigo un sueño eterno.
A la sombra de un olmo ya imposible,
una lánguida tarde cenicienta
me puse a meditar con tus palabras.
El tiempo me clavaba su aguijón
tendido junto al mar que surcan naves.
Y dormida, de mar a mar, España.
Heme aquí ya
profesor
Antonio Machado
Ardua labor enseñar
a vivir cuando la vida
se resiste a ser vivida
ya en los confines del mar,
navegar cuando la nave
desarbolada se sabe.
Lengua viva de las olas
para enseñar tempestades,
caminos que son verdades,
polvorientas barcarolas.
De "Décimas de fiebre", inédito
Brillante y mereecido homenaje.
ResponderEliminarUn abrazo, poeta.